Cómo lo
Hacemos

Cada evaluación se compone de una entrevista clínica que sirve de instrumento para conocer la problemática particular del empleado.

Incluimos la valoración de los síntomas que presenta mediante el uso de escalas validadas para nuestra población, las cuales cuentan con medidas de confiabilidad y validez y que brindan información sobre la tendencia del empleado a mentir o exagerar la sintomatología.

Cuando consideramos necesario incluímos evaluaciones específicas de simulación de síntomas por medio de pruebas psicométricas (inventarios, escalas, tests) baremizados para la población local. La cuantificación de estas variables otorga confiabilidad al informe y permite sostener con evidencia las apreciaciones clínicas en caso de litigio legal. Podemos también realizar evaluaciones neurocognitivas con las cuales valoramos la conservación o afectación de las funciones cognitivas. Así examinamos la capacidad real que posee el evaluado para hacer frente a las exigencias que requiere para la ejecución de sus tareas laborales habituales, certificando funcionalmente su capacidad o incapacidad.

Este tipo de evaluación es útil para determinar si una persona se encuentra o no en condiciones de trabajar, pero también para dictaminar acerca de indicaciones de restricción horaria o cambios de tareas.